sábado, 22 de enero de 2011

Magritte y el Surrealismo... "Una pipa no es una pipa"

"Esto no es una pipa"
René Magritte nació en Bélgica en 1898. Perteneció al grupo surrealista de París del que también formaban parte Jean Arp, André Bretón, Salvador Dalí, Paul Eluard, y Joan Miró. Su exposición de 1936 en Nueva York  alcanzó fama mundial y en 1956 recibió el Premio Guggenheim.  Su padre era sastre y su madre, que de soltera había ejercido como modista se suicidió en 1912 arrojándose al Sambre en Chatelet.
Los ecos del suicidio materno pueden percibirse todavía en algunos cuadros de finales de los años veinte -La historia central (1927), Los amantes (1928), en los que aparecen figuras con la cabeza cubierta por una tela evocando la imagen del cadaver de la madre, que fue rescatado del río con la camisa cubriéndole el rostro. La familia se traslada al año siguiente a Charleroi, en cuya feria conoce a Georgette Berger. No volverá a verla hasta 1920, pero será para casarse en 1922 y no volver a separarse. Murió en Bruselas en 1967.


 Magia y Pintura:

El propio Magritte contó en alguna ocasión cómo durante un verano de su infancia solía jugar con una niña en un cementerio cuyas criptas sombrías exploraban juntos. A la salida, la imagen de un pintor en la vecina alameda le sugería vagamente la idea de la pintura como un elemento mágico, cargado de poder de revelación. Sus primeros pasos como pintor se dan, sin embargo, en la Academia de Bellas Artes de Bruselas, en la que emprende estudios en 1916. A principios de los años veinte Magritte se gana la vida diseñando papeles pintados para la casa Peeters-Lacroix y haciendo dibujos publicitarios; al mismo tiempo, entra en contacto con los distintos personajes que, junto con él, formarán el núcleo surrealista belga: Pierre Bourgeois, E.L. T. Mesens, Camile Goemans, Marcel Lecomte, Paul Nougé, André Souris.
La obra de Magritte es una permanente invitación a la reflexión a partir de los objetos más cotidianos. Por ello, a su obra a veces se la califica de "realismo mágico". Magritte cuestiona la relación entre las imágenes y las cosas basada en la semejanza representativa.
"Objetos personales"
René Magritte no era un semiólogo, ni un lingüista, ni un filósofo, pero su obra hace patente la automatización de los procesos mentales a través de los cuales le damos sentido al mundo.
Magritte nos pone a leer y a ver el mundo, tanto en imágenes como en palabras, dentro y fuera del cuadro.
Los procesos literarios de construcción de significado y la comparación entre imágenes y palabras como modo de representación, eran inquietudes que marcaron la producción de René Magritte y nos acerca a una apreciación fresca del mundo a través del extrañamiento y el cuestionamiento a la manera en que le otorgamos significado.

"La Clarividencia"
Durante los años 40, René Magritte rompió con André Bretón y su movimiento surrealista y comenzó a pintar con un nuevo estilo, al que después, como burla, él mismo se referiría como su periodo “vache“ mismo que no fue bien recibido, esencialmente por sus arbitrarias referencias al impresionismo y radical cambio de estilo.
Magritte, explicó, siempre protestó contra toda interpretación simbólica de sus cuadros, puesto que ellos pretenden ser sólo una evocación del misterio. El decía que su pintura era una "huella visible del pensamiento". 
"El Imperio de las Luces"

Al mirar un cuadro de Magritte se pasa a través de tres etapas en el proceso de interpretación de dicha obra,  primero, reconocimiento; luego, sorpresa; y por fin, liberación del pensamiento.  En la primera, el artista belga representa en sus cuadros objetos familiares que forman parte de nuestra realidad cotidiana y que el espectador reconoce inmediatamente por su manera realista de pintar.
En la segunda etapa, en el contexto del cuadro, ocurren sucesos que provocan la sorpresa del espectador y hacen perder a los objetos su identidad. Estos sucesos no son casuales, sino que siguen una lógica muy rigurosa. Así, el surrealista se aparta del automatismo recomendado por André Bretón.
En la última etapa, los sucesos en el contexto del cuadro ocurren de tal forma que liberan el pensamiento del espectador, poniéndole en la vía del misterio o de la semejanza. Para Magritte, misterio, semejanza y pensamiento son tres nociones vinculadas entre sí.

"La condición humana"


Magritte insiste en varias de sus obras en las dificultades que presenta el conocimiento o el arte entendido como representación. En su obra La condición humana, el cuadro se confunde el paisaje de modo que nuestra representación del paisaje es una reproducción fiel del mundo pero, al mismo tiempo y tristemente, el mundo no es nada diferente de nuestra representación.


Los cinco grandes temas de la obra de Magritte: narrativa y misterio, encuentros fortuitos, metamorfosis, mecanismos del lenguaje y el cuadro dentro del cuadro.


También son meritorias las ilustraciones que Magritte hace de teorías filosóficas. Por ejemplo, Las vacaciones de Hegel o La flecha de Zenón:
"Las vacaciones de Hegel"
Esta obra parece la respuesta de Magritte al aforismo de Hegel, "lo real es racional y lo racional es real".
El Ser, tal y como lo describe Parménides, uno, inmutable, eterno, finito, compacto, indivisible, aparece mágicamente en La flecha de Zenón.
 
"La flecha de Zenón"




"El hijo del Hombre"
Una de mis obras favoritas (aunque a decir verdad tengo varias) se titula "El hijo del Hombre". La realiza en 1964 y desborda de significados.. Empezando por el nombre, hay una palabra que falta entre "del" y "Hombre" que es "primer".. "El hijo del primer Hombre" haciendonos referencia a Adán. La humanidad es hija del primer Hombre y la Manzana, sinónimo de discordia, (otra referencia a Adán) que cubre el rostro del personaje, hace referencia al hecho de que en la vida de la humanidad existen muchas tentaciones, son las tentaciones de la vida moderna. Detrás de El Magritte introdujo Niebla sobre el mar representando los sentimientos del hombre.. Siempre caminamos por el mundo sonriendo a la gente expresando que todo va bien, siendo que en realidad cubrimos el dolor con un velo para que nadie pueda ver el amplio mar de tristezas y decepciones que cargamo en nuestro interior.
En resumen es un retrato del Hombre actual, además es el autorretrato del mismo Magritte que quiso representarse a si mismo como un Hombre más que esconde su dolor y su interior..

Quise dejarles este pintor porque es uno de los que más me ha cautivado, sus obras dicen mucho más de lo que podemos ver a simple vista.. Sólo les digo que se tomen el tiempo para conocer este genial pintor. Interiorizandose en sus obras descubrirán un mundo lleno de significados y símbolos que no tiene desperdicio, a continuación les dejo una fantástica animación rusa sobre algunas de sus obras...

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