Autorretrato |
"Lo que hago no es nada especial. No comprendo por qué no lo hace un mayor número de personas. El público no debería sucumbir fascinado ante mis trabajos. A mi juicio, sería mucho más divertido para él, si él mismo hiciese algo por su cuenta", Maurits Cornelis Escher (1898-1972).
Escher nació un 17 de Junio de 1898 en Leeuwarden (Holanda). Como la mayoría de los genios, no fue un estudiante destacado en el colegio, a pesar de lo cual su talento artístico ya se vislumbraba en este periodo. Su padre le introdujo al mundo de la carpintería y le enseño otras habilidades manuales. Comenzó los estudios de Arquitectura, pero una vez allí, Escher se dió cuenta de que su auténtica pasión eran las artes gráficas. Tras dos años en la escuela de arte, obtuvo una especialización en técnicas gráficas y trabajo sobre madera y se dedicó a viajar por el sur de Francia, España e Italia, lugares donde encontró numerosas fuentes de inspiración para su obra.
A lo largo de su carrera como artista, Escher se centró en el arte de la estructura, rama hacía la que sentía una especial atracción. Sin embargo, sus primeras obras tendieron a retratar de forma realista los paisajes y la arquitectura con los que se encontró en sus viajes. En estos trabajos Escher reflejó su predilección por la estructura de las construcciones en detrimento del paisaje en sí. La Alhambra de Granada (España), visitada por Escher en incontables ocasiones, fue el edificio que impresionó de forma definitiva a nuestro personaje gracias a las recargadas ornamentaciones moriscas de sus muros, las cuales se repartían el espacio disponible de forma esquemática y perfecta. Esta cautivación le influyó en sus creaciones posteriores a 1937, en las que muestran una división regular del plano y sus famosos patrones de repetición. Su visión única del espacio y de las matemáticas le permitieron dibujar una numerosa colección de fantásticos dibujos hasta su muerte en 1972
Vemos 3 cosas importantes en las obras de Escher:
1.- La proyección del espacio en 3D en el plano, cuyo máximo exponente son las figuras imposibles
Relatividad |
2.- La estructura de la superficie, podemos verla en sus ciclos y aproximaciones al infinito
Metamorfosis |
3.- La estructura del espacio, gracias a los paisajes y cuerpos matemáticos
cinta de Mobius |
Otro Mundo II |
Su progreso en todos los órdenes culminó con la creación de la Fundación Escher hacia el final de su vida, justamente en 1968. Por desgracia, esta institución, nacida para salvaguardar la obra del artista holandés, no fue capaz de evitar la adquisición de la mayor parte de sus fondos por un galerista norteamericano en 1981; posteriormente, ese fondo fue vendido a distintos clientes, lo que supuso la dispersión inevitable de la obra de Escher por diversas colecciones públicas y privadas.
En un principio, Escher se mostró como un heredero directo de la escuela holandesa, con una obra primeriza en la que abundan los paisajes y escenas de las ciudades de ese país y de Italia. En esta época inicial, el holandés era un artista con tendencia abiertamente clasicista o academicista, en consonancia con el momento; sin embargo, su arte comenzó a interiorizarse a lo largo de su prolongada estancia en Italia.
Para estos años había cuajado su particular poética, con figuras de animales que se entrelazan caprichosamente para formar bellos, fantásticos y hasta fascinantes conjuntos, en los que se echa de ver un innegable onirismo; del mismo modo, Escher se dio a la creación de bellos patrones geométricos, en línea con artistas del pasado y otros contemporáneos que habían apostado por ese tipo de arte y su aplicación al diseño industrial (como William Morris o los Delaunay, Robert y Sonia).
Al mismo tiempo, Escher comenzó a trabajar en sus ilusiones espaciales, con edificios en los que las escaleras ascienden a la parte baja y descienden hacia la alta en un impresionante juego de perspectivas; del mismo modo, las leyes físicas parecen derrotadas en sus corrientes de agua, que descienden en su subida para caer en sorprendente cascada hasta la que es su propia fuente. En estos y otros exponentes de su arte, la ilusión creada sólo es posible sobre el papel; por el contrario, si hubiese que desarrollarlas en tres dimensiones, sus propuestas resultarían imposible de todo punto.
Para estos años había cuajado su particular poética, con figuras de animales que se entrelazan caprichosamente para formar bellos, fantásticos y hasta fascinantes conjuntos, en los que se echa de ver un innegable onirismo; del mismo modo, Escher se dio a la creación de bellos patrones geométricos, en línea con artistas del pasado y otros contemporáneos que habían apostado por ese tipo de arte y su aplicación al diseño industrial (como William Morris o los Delaunay, Robert y Sonia).
Al mismo tiempo, Escher comenzó a trabajar en sus ilusiones espaciales, con edificios en los que las escaleras ascienden a la parte baja y descienden hacia la alta en un impresionante juego de perspectivas; del mismo modo, las leyes físicas parecen derrotadas en sus corrientes de agua, que descienden en su subida para caer en sorprendente cascada hasta la que es su propia fuente. En estos y otros exponentes de su arte, la ilusión creada sólo es posible sobre el papel; por el contrario, si hubiese que desarrollarlas en tres dimensiones, sus propuestas resultarían imposible de todo punto.
Torre de Babel |
En su particular apuesta estética, Escher se sumó a dibujantes técnicos, arquitectos y teóricos de las matemáticas, como él mismo gustaba de recordar a menudo. Con ellos, reconocía tener mayores puntos de contacto que con la práctica totalidad de los artistas plásticos; con ellos, de hecho, mantuvo una relación fluida que se plasma en su correspondencia privada. Por todo ello, no puede sorprender que, en 1958, Escher llegase a plasmar por escritos algunos de sus principios teóricos.
La obra de Escher, caracterizada pues por el estudio detallado de los efectos ópticos y del motivo decorativo, constituye una de las más originales e idiosincrásicas del siglo XX. Espléndido dibujante, exploró las contradicciones de la perspectiva tradicional en la forma de paisajes e imágenes "imposibles" dotados de una insólita belleza.
Dejando de lado su inobjetable habilidad para el dibujo y el manejo de las simetrías, si observamos con detenimiento todas y cada una de las obras de este autor, encontramos una reiteración de argumentos que nunca llega a cansar y siempre despierta un enfoque nuevo acerca de lo que quiso plasmar en cada trabajo. Genio para muchos, aburrido y reiterativo para otros, no podemos dejar de valorar la astucia del artista para cautivar a cualquiera que se detenga a observar sus obras, tratando de descifrar el inicio y el final de la historia que desea transmitir con sus grabados. Principio y fin que siempre se conjugan en un mismo punto dentro de la obra....
Su última obra...
Hay un museo interesante si algun dia visitas La Haya. http://www.escherinhetpaleis.nl/
ResponderEliminarGracias por el dato Al! Interesante idea para ir algún día :)
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